viernes, noviembre 03, 2006

Danzando para mi Amo (II) - La recompensa



Ondulaba mi torso, olas de amor movían mis brazos, mis manos eran pájaros, se tornaban en flores con mis movimientos y mis caderas buscando el infinito acompañaban mi danza, mientras se sacudía mi pelvis al compás de la música…
Mis labios no abandonaban nunca la sonrisa queriendo atrapar con mi mirada la atención de mi Dueño…
Danzaba para Él y nada más existía en ese momento, sólo Él y yo.
Me sentía feliz por ofrecerle mi amor en cada movimiento, por ir revelándole con cada velo del que me iba desprendiendo mis verdades…Y como Ishtar en busca de Tamuz fui cruzando los siete vestíbulos de aquel submundo de mi ya pasado que quedaba atrás, en busca de mi verdadero Dueño, deseando reunirme con Él…
Lentamente fui despojándome de los velos, dejando a un lado mi orgullo, mi rebeldía, mis recuerdos…Y con cada velo que caía al suelo sentía que mi Amo se acercaba más a mí y que mi alma se desnudaba para Él…
Danzaba feliz, sensual, lasciva, provocadora…Mientras la otra sumisa seguía satisfaciéndole y Él seguía perdiendo la mirada en mis dulces contoneos…
Deseaba atraerle con mi danza, sentirme cada vez más suya…
Los velos seguían cayendo al suelo, y también mis prejuicios, mis muros de vergüenza…Era su perra la que danzaba, su puta, ansiosa por sentir su piel en mi piel, su aliento en mi cuello, sus besos en mis labios…
Sus ojos parecían adivinar aquellos pensamientos que iban atormentando mi alma, mientras seguía debatiéndome entre abandonarme para siempre a su placer o resistirme a mis deseos de entrega. Su mirada complacida parecía darme las fuerzas que me faltaban para dejar de oponerme a mi destino de esclava…
Ya no quedaba nada más en mí por ocultarle a mi Dueño, en mi danza le había confesado todo mi deseo, cuanto le necesitaba y mi voluntad de permanencia a Él y con el último velo que cayó al suelo me desprendí de todo aquello que hasta entonces me había hecho sentirme alejada de Él…
Me postre ante Él, sumisa y vencida. Estaba en sus manos, sabía que desde ese momento nada sería ya igual entre nosotros. Le pertenecía, nada ya podría ocultarle en adelante…
Apartó delicadamente con un gesto a la muchacha de su cuerpo y tras sentarse en su sillón me ordenó acercarme a Él, sentía vergüenza por no poder evitar dirigir mi mirada a su desnudo y erecto Falo que entre sus ropajes se erguía descaradamente esperando mi mirada, me arrodillé de nuevo ante El esperando sus palabras.
- Hoy me has satisfecho con tu baile, y me siento contento y magnánimo contigo, puedo recompensarte Nuyum, suplícame que es lo que más deseas en este momento y te lo concederé – me dijo mi Señor apremiándome con su mirada para que respondiera.
- Mi Señor, ha sido un placer danzar para Ti, y mi único deseo ahora sería que me permitieras saborear tu sexo, deleitarte con mi lengua, conducirte al placer con mis labios posados como mariposas traviesas en tu Falo, lamerte, chuparte, hacerte sentir lo perra que soy mientras me bañas de Tu Esencia al compás de tu orgasmo. Te suplico mi Señor que permitas a esta esclava adorarte como una zorra, como una perra en celo … – me atreví a responderle casi sin pararme a respirar, pues temía perder mi audacidad.
Mi Amo sonrió benevolente y asintió con su cabeza. Gateando y moviendo lujuriosamente mis caderas me acerque más a Él y me arrodille frente a su sillón, el trono de mi Dios. La otra sumisa se arrodillo a mi lado y ambas intercambiamos un gesto de complicidad dispuestas a complacer a nuestro Amo hasta conducirle al éxtasis final.
Y así paladeamos su sexo jugoso, empapado de nuestra agua de deseo, chupando con fruición, lamiéndole, deslizando nuestras lenguas por su piel, turnándonos en nuestros juegos poseyéndole cada vez una de nosotras…
Su Falo crecía en mi boca y me sentía deseosa de hacerle llegar a la máxima cota de placer en mis labios, mi lengua se deslizaba, se detenía a veces en la piel que coronaba su adorado sexo, otras veces incrementaba el ritmo o menguaba jugando siempre con su excitación.
Y mi Señor recompensó mi danza, en el momento que se sintió asaltado por el orgasmo busco mi rostro para derramar en mi boca Su Esencia y permitirme saborear su preciado cáliz, mientras la otra sumisa me acariciaba con cariño acompasándome en mi excitación que iba en aumento al sentir que mi Amo me inundaba de su placer, marcándome así como su preferida del harén, depositaria de sus fantasías y sueños.
Aquella noche supe que nada más iba a existir en mi vida a partir de entonces, salvo cielos salpicados de estrellas de placer, porque sentir que pertenecía a mi Dueño en cuerpo y alma era mi mayor felicidad…

2 Comments:

Blogger Ika sueña...

La terminación de esa danza, la recompensa por descubrir tus deseos ante él, besos...

2:12 a. m.  
Blogger Nuyum sueña...

Elena...no podía haber mejor recompensa que complacer a mi Amo.Besitos :)

3:22 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home