Y Tú mi Señor me devuelves a la vida...

No pensaba quedarme mucho tiempo por allí pero me pudo la curiosidad, visité tu Mansión y desee formar parte de Tu Mundo.
Tú me acogiste como buen anfitrión y me brindaste el apoyo y cariño que yo buscaba en aquellos tristes días en los que andaba perdida, puedo decir que ya en aquellos días supiste despertar a la esclava que andaba dormida y quizás algo defraudada de su condición...
Vivimos días maravillosos, llenos de ternura y cariño en los que también disfruté de tu dureza, y iniciaste mi educación forjando a esta esclava, que se esforzaba en seguir las obligaciones que me imponías.
Cumplí tus severas ordenes y cástigos y me hiciste sentir cuidada y protegida,pero fuí ingrata y no supe agradecer todo lo que recibí de Tí, me marché de tu lado intentando no mirar atrás sin querer valorar aquello que dejaba atrás.
Y no importa ya cómo,ni porqué, pero sucedió : Volví de nuevo a la Mansión.
Una tarde en la que la tristeza me embargaba y estrangulaba mi alma, sin darme cuenta, vagabundeando, encaminé mis pasos hacía aquel lugar que tantos recuerdos hermosos me había brindado.
Serpenteantes caminos tantas veces antaño recorridos a tu lado me evocaban Tu Presencia, cada vez me dolía más la distancia que nos separaba. Te añoraba en cada árbol, en cada piedra, en cada flor, en el olor de hierba mojada, todo me recordaba a tí, en aquellos parajes sentía cada vez más vivo Tu recuerdo y sentía como mi corazón se aceleraba pensando que quizás tras el siguiente recodo podrías estar tú esperándome, sabiendome cerca.
Aceleré mis pasos, estaba ya cerca de la verja, por fín pude verla, ante mí, majestuosa y serena se erguía la Mansión de las Brumas.
En algunas ventanas había luces encendidas, estaba ya cerca y no podía quedarme por más tiempo aferrada a aquellos barrotes que me separaban de tí.
Empujé despacio la enorme puerta de hierro forjado,estaba aún abierta.
Y me adentré por el camino de acceso hasta esperar escondida entre los setos del jardín, enfrente de la casa, esperando poder ver Tu figura tras los cristales.
Te miraba en la distancia y tras un rato de contemplarte salía de la casa, antes de que los criados cerraran la puerta.
Así, burlando la entrada,volví cada tarde, hasta que una fría noche me intuiste, y miraste hacía donde yo estaba agazapada en las sombras...
Supiste que yo regresaba cada noche para espiar tras aquellas ventanas, te veía feliz y creía que te habías olvidado de mí pero al mismo tiempo me sentía dichosa de saberte complacido por tus sumisas...Aunque a veces he de reconocer que tuve celos porque deseaba postrarme ante tí, deseaba abrazarte, besarte, sentir tu látigo sobre tu piel, tus cástigos, tu dominio y me mataba de tristeza aquella añoranza.
Quería compartir aquellas veladas con quienes habían sido mis hermanas, y complacerte como ellas tenían el honor de hacer, pero siempre mi camino de regreso era triste, en mi soledad pensaba que te habías olvidado de la que un día fue tu esclava y que ni siquiera mi recuerdo era ya importante para tí.
Cabizbaja y llorando volvía cada noche, arrepintiéndome de mi error, de mi marcha tan precipitada, sabiendo que no había podido dejar de ser tuya, que jamás lograría olvidar todas las vivencias que compartimos, todos los sueños que forjamos juntos y que ya no podría pertenecer a otro Dueño que no fueras Tú.
Mi amor crecía con la distancia, seguía perteneciendote...
Y fué una noche lluviosa, como hoy, cuando saliste a buscarme al jardín...Y esperé arrodillada mi destino,mis lágrimas fundidas con la lluvia resbalando por mis mejillas, tan sólo deseaba tu perdón...
Recuerdo tu capa envolviéndome, me cogiste en brazos y me llevaste a Tu Mansión,me abrazaba a tu cuello, me sentía ya reconfortada. Regresaba a Tu mundo,mi mundo, mi hogar, donde quiero vivir...
Y con tu noble gesto volviste a devolver la vida a esta esclava,y eso no fue un sueño...

Gracias por devolverme la vida, tú sabes ahora porqué me he colado de puntillas en tu sueño esta noche, aún no te había dado las gracias mi Señor y ahora permiteme que postrada de rodillas te supliqué, yo te imploré..."No me dejes mi Señor",no deseo perderte nunca más...