sábado, noviembre 11, 2006

Su odalisca...


Tendida en mi lecho espero la hora en que mi Amo visité su Harén…
Deberé de relatarle como anoche me acaricié para Él, tendré que hacerle saber a mi Dueño mis ansias de sentirle, de recibirle en mi cuerpo…
Le contaré como mi sexo se humedecía al compás de los recuerdos de su última visita.
Habré de confesarle que me acaricie anoche recordando esa última vez que habiamos estado juntos.
Esa especial noche, tras preparar el sirviente su baño y dejarnos solos en la estancia, procedí a desnudarle lentamente.
Me arrodillé frente a él, y muy despacio le despoje de su ropa mientras mi Señor acariciaba mis cabellos con delicadeza y ternura.
Su Falo quedó expuesto y majestuoso frente a mi rostro, mis ojos lujuriosos delataron mi deseo por complacerle, por acariciar con mi lengua su jugoso sexo, saborearle lentamente deleitándome en chuparle con fruición, hambrienta de sentirle.
Mi Amo me tomo de la barbilla para que alzara mi vista a Él y le mirara mientras me dirigía sus palabras:
- Ahora no putita, esa será quizás después tu recompensa si ahora me satisfaces como yo deseo…
Me incorporé sin poder reprimir un mohín de enojo al sentirme contrariada, y me dispuse a seguir desvistiendo su cuerpo.
Su pecho desnudo reclamaba mis caricias, no pude evitar abrazarme a su espalda y apoyar mi mejilla en él, mientras cerraba los ojos aspirando su fragancia.
Mi Señor una vez estuvo desnudo entró en la enorme bañera de frío mármol.
Y yo arrodillándome junto a la misma procedí a tomar una esponja con mis manos y deslizar el agua salpicada de espuma por su hermosa piel.
Sus brazos que tantas veces me habían acariciado fueron recorridos por el sendero de blanca espuma, humedecía la esponja y mojaba todo su cuerpo, permitiéndome masajear su sexo pausadamente, resbalar por su espalda, empapar su pecho…
Y no podía evitar contemplar Su Falo que erguido en el agua me anunciaba mi recompensa…
Cuando finalicé el baño a mi Amo le preparé una suave toalla y procedí a secar todo su cuerpo, deseosa de haberle servido como él esperaba.
Y tras ese baño mi Amo me regaló el premio que ansiaba. Y permitió que le adorara como a mi Dios.
Arrodillada frente a Él pude chupar su sexo, deslizando mi lengua, besándole quedamente a veces, otras acariciándole con mis labios mientras mi lengua seguía recorriendo sin tregua su Falo, mis muslos se mojaban mientras me sentía la más puta y complaciente de las esclavas complaciendo a mi Dueño, hasta que sentí como se endurecía cada vez más en mi boca y su excitación aumentaba y tras debatirse entre oleadas de imparable placer llegó al orgasmo, mientras yo engullía con deleite su esencia, queriendo apoderarme de todo su deseo…
Tendida en mi lecho espero que mi Amo visité su Harén de los Sueños, deseando de nuevo complacerle, sentirle, compartir una noche de deseo...Le recuerdo mientras mis manos vuelven a buscar mi sexo ávidas de sentir el placer que sólo mi Dueño sabe dibujar en mi cuerpo...